Por. Fanny Bernal Orozco – Psicóloga experta en Duelo – Centro de Duelo Aurora
Agosto – 2022.
La muerte es una de las experiencias más dolorosas por las que pueda pasar un ser humano, no obstante esta no es la única situación que causa Duelo, este puede surgir por la pérdida de la salud, el empleo, cambios económicos, pérdidas sensoriales, cognitivas, incapacidad física o mental, muerte de mascotas, infidelidad, separaciones, divorcios, pérdidas de proyectos, de ilusiones, cambios físicos, en fin en el camino del vivir la vida pueden surgir diferentes sucesos que implican dolor y en ocasiones sufrimiento.
Los dolientes desean estar mejor, sentirse menos agobiado y menos dolor, sin embargo para lograrlo se meten en unas trampas que lo que hacen es que dificultan mucho más el proceso de duelo y que quizás este tome más tiempo para sanar.
Entre estas trampas, se encuentra la denominada conspiración del silencio, y es hacer de cuenta que no ha pasado nada, se deja de hablar de la persona fallecida es como si esta no hubiera hecho parte de los afectos y de la familia, todos aparentan calma y guardan las expresiones de dolor para no afectarse unos a otros.
Evitar la expresión de emociones tanto negativas como positivas, negativas las que producen desasosiego y malestar y las positivas cuando en medio del duelo se tienen días serenos las personas se sienten culpables por esto y así se va formando una espiral de pena y desconsuelo.
Otras personas se sienten avergonzadas de sentir dolor, creen que esto es inmadurez y que no se ve bien visto ante ellos mismos, ni ante los demás, por ello, hacen un esfuerzo grande por aparentar fuerza y coraje cuando por dentro están desmoronados, lo que les lleva a somatizar las emociones a través de dolores físicos que aunque pueden ser transitorios requieren atención y cuidado.
Otras trampas son la rabia y la irritabilidad constantes, entre más se sientan estas, el dolor se hace a un lado y se deja en espera, lo que implica descontrol, frustración e inclusive el asumir conductas desadaptativas que pueden derivar en un duelo crónico o patológico.
Recuperarse de un pérdida no es fácil, se requiere voluntad y responsabilidad para vivir los cambios y las transformaciones que surgen en la cotidianidad, además de echar mano a los recursos de afrontamiento que se tienen, entre ellos las ayudas que otros puedan brindar y en especial dejarse apoyar y acompañar.
Es importante informarse, leer, tener con quien hablar para expresar las emociones y los sentimientos, además de buscar actividades que generen paz y sosiego emocional, tareas que aclaren ideas y pensamientos e invitan a salirse de las trampas o a no caer en ellas.
Lecturas recomendadas:
Vicente Prieto La pérdida de un ser querido
Migdiari Martín Ganar perdiendo-Los procesos de duelo y las experiencias de pérdida
José Ignacio Cruz y otros Duelo – Tratamiento basado en la terapia de aceptación y compromiso
Ramiro Calle Ingeniería Emocional
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